domingo, 23 de marzo de 2008

La exclusión, el Estado y la participación de las FF.AA

Escrito por COR ® FAP: Luís Bernedo Boado. Fecha: 24 de diciembre del 2006 correo: lajbernedo@hotmail.com

1.- EL PROBLEMA DE LA EXCLUSION SOCIAL

Existe en el Perú una redistribución radical de derechos y responsabilidades empujados por los vientos de la apertura del mercado, la desregulación, reforma del Estado, la disciplina fiscal, la descentralización entre otras prescripciones de desarrollo macroeconómico impuestas por el pretendido Consenso de Washington, donde por cierto, no se asentaron los derechos civiles, económicos y sociales ni la igualdad de oportunidades. No obstante, trajo crecimiento económico, pero no resolvieron el problema de la ausencia del Estado, del empleo, de la extrema pobreza y de la injusta distribución del ingreso; mas por el contrario, en muchos casos agravaron el gran problema de la exclusión en un mundo que se globaliza más y más.

La exclusión social dificulta el acceso de ciertos individuos a integrarse al aparato productivo de la sociedad, como es el acceder a trabajos formales, vivienda digna, servicios de salud adecuados, educación de calidad, transporte, seguridad y al sistema de justicia. La definición más común de exclusión social es: una escasez crónica de oportunidades y de acceso a servicios básicos, a los mercados laborales y de crédito, a condiciones físicas y de infraestructura adecuada, y al sistema de justicia. El enfoque de exclusión como se ve es multidimensional e incluye no solo aspectos económicos, sino también socioculturales y políticos.

Los índices de desigualdad, medidos a través de la distribución del ingreso, llaman la atención. Se observa en el 2004 que el 10% más rico concentra más del 40% de los ingresos, mientras que el 40% más pobre concentra menos del 15%. Un estudio del BID del 2003, titulado "La reducción de la pobreza y el BID", señalaba que el Perú era el país que lideraba el ranking de mayor incremento de desigualdad en Latinoamérica, medido a través del índice de Gini. Si bien, a partir del 2004 las cifras señalan una mejora en los indicadores respecto al 2001, aún no queda claro si esto marcará una mejora en la tendencia de acá a futuro.

Según el BID Los países de América Latina y el Caribe tienen uno de los índices de iniquidad más altos del mundo en vías de desarrollo. Es una región donde los ingresos, recursos y oportunidades, sistemáticamente y en forma desproporcionada, se concentran en un pequeño segmento de la población, que son las elites de la sociedad. Durante mucho tiempo, la pobreza y la degradación social que resultan de la iniquidad, se consideraron problemas meramente económicos. Sólo en los últimos años se le ha dado mayor atención y análisis a una compleja serie de prácticas sociales, económicas y culturales que resultan en exclusión social: en el acceso limitado a los beneficios del desarrollo a ciertas poblaciones en base en su raza, etnia, género y/o capacidades físicas.

La economía peruana viene creciendo de manera continua durante 64 meses, de acuerdo con el indicador nacional de producción del INEI. Si la economía, como se prevé, cierra con un crecimiento cercano al 8% este 2006 que ha concluido, se estaría hablando de que durante los últimos cinco años la economía habría crecido a una tasa promedio anual de 5,8%.

Por donde se vea, esta trayectoria de expansión ya se ha constituido como el período más largo de crecimiento de la historia del Perú, y sus perspectivas de extenderse en los próximos años son altamente probables. Sin embargo, a pesar de la solidez de los indicadores macroeconómicos, llama la atención que, la creación de puestos de trabajo y el empleo por las empresas no han sido lo esperado, sumándose a esto a la falta de políticas sociales, las mismas que han permitido que gente pobre se ingenie puestos de trabajo en la economía informal, en microempresas y alternativas parecidas.

Sin embargo, en los dos últimos años existen ya, algunas empresas privadas en cuya acción ha generado un impacto importante para el proceso de inclusión de estos grupos marginados en el sistema productivo del desarrollo, ya que se están brindando a las personas de bajos ingresos, además de servicios, la capacidad de acumular un patrimonio y mejorar su calidad de vida. Tal es así, que el último CADE el empresariado peruano ha mostrado su preocupación al haber orientado el importante evento al problema de la exclusión. Aparte de las preocupaciones habituales a que estamos acostumbrados como sociedad han variado; los problemas del terrorismo, el narcotráfico, la inflación, la falta de inversión, el déficit fiscal, la corrupción, etc.
Hoy en día, el asunto es otro, tenemos como Estado, generar las condiciones necesarias que permitan a todos los peruanos las mismas oportunidades en el acceso a mejores condiciones de vida desde que la persona nace, con derecho a una adecuada nutrición, salud y educación; propendiendo a generar en el tiempo un mayor capital social.

Es importante lo que ha manifestado el ex ministro de la producción David Lemor : que la vía para alcanzar el desarrollo con inclusión es el aumento de competitividad de las personas desde la educación inicial hasta la superior orientada al mercado, de cómo participan en él los trabajadores, las empresas, y el Estado; asimismo, del desarrollo de infraestructura, puertos, aeropuertos, carreteras, cadenas de frío; el fortalecimiento institucional, la inversión en ciencia, tecnología e innovación; la identificación y desarrollo de cadenas productivas, entre otros. Todo esto ya está identificado y plasmado en el Plan Nacional de Competitividad.

La tarea ahora es profundizar en el cumplimiento de las acciones, que ya han sido priorizadas, y que siendo un plan dinámico está, como es lógico, sujeto a variación de acuerdo con los cambios en el entorno y en el mundo.

2.- LA SOCIEDAD, EL MERCADO Y EL ESTADO

La justicia de un esquema social que depende esencialmente de cómo se asignan los derechos y los deberes fundamentales, así como, de las oportunidades económicas y de las condiciones sociales en los diversos sectores de la sociedad. Una sociedad es ordenada cuando es eficazmente regulada por una concepción pública de justicia, que todos los peruanos tengan las mismas oportunidades y acceso a los bienes y servicios que esta obligado el Estado.

El fondo y la verdad de nuestra realidad en alusión a las premisas vertidas, es que no existe igualdad de oportunidades para una buena parte de los peruanos. Formalmente, hay igualdad de derechos para los que tienen oportunidades de participar en el mercado. Pero la realidad es que, los excluidos están fuera de carrera y no pueden competir porque no hay esa ansiada igualdad de oportunidades, ya sea, por ausencia del mercado y del Estado. Este reconocimiento es importante porque obliga a establecer una agenda que permita elaborar políticas de carácter socio económico para eliminar la exclusión de millones de peruanos.

Rene Villareal resumió los nuevos retos para un retorno a lo básico: generar un modelo incluyente del empleo, donde sea el propio trabajador quien, con su ingreso y su salario real creciente, se incorpore al mercado y en el corto y mediano plazo, contar con programas asistenciales con nuevos enfoques de gestión de la política social, donde los beneficiarios participan en la instrumentación, la evaluación y el control de los programas y el gobierno con una administración pública moderna que coadyuve con su eficacia y eficiencia.

Rene Villarrial defiende una economía de mercado participativa y un desarrollo integral en un nuevo capitalismo posmoderno, a través de:

La mano invisible del mercado ( para la asignación eficiente de recursos)
La mano solidaria de la sociedad ( para la equidad y el bienestar social)
La mano promotora del Estado (para el crecimiento sostenido y el empleo).

Según el economista David Tuesta, el escenario de crecimiento, desigualdad y conflicto tiene sus raíces en la ineficacia del Estado al haber propiciado inadecuadas políticas públicas. Por tanto, urge desde hace bastante tiempo que se impulse una verdadera reforma que ataque los problemas centrales de la educación, justicia, seguridad y salud. Sin un verdadero impulso a las reformas y con innovadoras políticas públicas, el crecimiento económico no tendrá las suficientes fuerzas para aminorar las enormes desigualdades que aún existen. Si queremos darle sostenibilidad a este ciclo expansivo, y llegar con éxito a una transición política exitosa el 2011, debemos pensar seriamente en comenzar a dar solución efectiva a esta problemática.

Es un hecho que este año no tendremos déficit fiscal. Esto quiere decir que lo que gastamos será cubierto por lo que generamos. Ello no sucedía desde hace muchos años. Esta es una oportunidad para pensar seriamente en la distribución de los recursos públicos y, por supuesto, del uso eficiente que debe dársele, considerando antes que nada su rentabilidad social; debemos evitar dar pie a que resurjan mas grupos políticos radicales anti-sistémicos, que se valen de esos nichos de exclusión social para crear resentimientos encontrados con el sistema político, que buscan mediaticamente refundar nuevamente la republica, como lo sucedido en los países vecinos.

Hoy, tenemos recursos que no ha llegado a ser usado por las regiones y en lo que va del presente año tendremos más. Los gobiernos subnacionales serán los encargados de administrar los recursos públicos en beneficio de su población. Cada vez son mayores las demandas sociales, dado que hoy sí hay recursos, aun cuando sigan siendo insuficientes.

Estamos en una situación de constante crecimiento que hay que saber aprovechar esta coyuntura positiva para encarrilar definitivamente al país por la ruta del desarrollo, y hacer que este crecimiento alcance a todos los peruanos.

3.- LAS FUERZAS ARMADAS EN SU LUCHA POR LA INCLUSION

Las FFAA son concientes que la exclusión es caldo de cultivo para la generación de conflictos sociales que perturban la Seguridad Nacional. La Defensa Nacional nos obliga a tomar previsiones y una de ellas es la lucha contra la pobreza.

Hay que tomar en cuenta sobre todo cuando el mercado esta ausente en ciertas zonas marginales; de tal manera que el Estado a través de sus FF.AA pueda brindar a la sociedad el acceso a los servicios básicos como el transporte, la salud, educación, seguridad entre otros.

Debemos hacer ver al Estado que nosotros somos también instrumentos para el desarrollo, la integración y el fortalecimiento de la identidad nacional; asimismo, es nuestro deber participar en la integración de aquellas poblaciones marginadas por la geografía y por el sistema económico-productivo, de tal manera llevar aquellos bienes y servicios públicos que tiene la obligación de brindar el Estado si el mercado falla.

Ser inclusivos significa reconocer nuestras limitaciones ante la gran demanda que exige el problema de la exclusión. El mercado en el ámbito aeroespacial, nuestro sector privado, no esta interviniendo en la creación de riqueza al no ampliar rutas de carácter regional, que no permiten la satisfacción de las necesidades socio-económicas de las poblaciones ubicadas en zonas marginales de exclusión, y por supuesto no contribuye a un mayor desarrollo integral del país. Al existir ciertas fallas del mercado el Estado esta en la obligación de intervenir.

Ello equivale a solicitar al Gobierno nuestra participación. La FAP, como importante actor en el desarrollo del país, requiere una renovada Flota de Aeronaves para sus grandes unidades de transportes: los Grupos Aéreos N.- 3; 8 y 42 que le permita cumplir a cabalidad sus sacrificadas misiones a favor del Desarrollo Nacional, intensificando las operaciones aéreas de acción cívica hacia las localidades de difícil acceso por razones de carácter geográfico. De esta forma, la FAP contribuiría a la integración de las comunidades más alejadas y marginadas alto andinas y de nuestra Amazonía.

Por otro lado, a nuestra Marina de Guerra asignarles igualmente más buques hospitales para intensificar la ayuda social que requiere aquellas poblaciones excluidas y marginadas por la falta de infraestructura socio-económica.

La participación del Ejército esta principalmente dirigida a la ejecución de proyectos de infraestructura terrestre, así como en el desarrollo de obras de apoyo a la comunidad, de asentamiento rural fronterizo, de acción cívica y de protección ambiental. Para ello, nuestro Ejército requiere de mayores medios para recomponer las desaparecidas UMARES donde el soldado peruano ponía su cuota de sacrificio en las marginadas zonas de fronteras.

Como integrantes de nuestras FFAA nos llena de nostalgia y frustración no poder servir a nuestro país como anteriores años, y poder colaborar con este problema estructural de la sociedad peruana que es la exclusión, ocasionada por la desigualdad de oportunidades, por la falta de adecuadas políticas públicas y por la asignación injusta de los recursos, lo cual ha permitido una falta de integración de nuestra sociedad.

Solo nos queda la pregunta ¿asignará el gobierno de turno los recursos necesarios a las FFAA para repotenciar nuestro material y poder cumplir a nombre del Estado Peruano nuestra misión a favor del desarrollo socio-económico, tanto en la conexión como en la construcción de infraestructura necesaria, que permita el acceso a los bienes y servicios públicos a nuestros pueblos mas olvidados y excluidos, contribuyendo así por una sociedad mas cohesionada, integrada y mas justa? …. ¿que dice UD. Señor lector?.

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